Una de las formas más seguras de llegar al éxito es procurar que los intérpretes tengan una idea clara de la partitura. La estrategia debe ser la que mejor se adapte a las virtudes propias y que a la vez obstaculice lo más posible a las del rival. En ese sentido, Lawn Tennis hizo lo correcto frente a Cardenales, quitándole velocidad a su juego, y por eso consiguió un triunfo importantísimo en su propia cancha, por 21 a 18.
Está visto que sobrar no le sobró nada a los “benjamines”. Pero otra era la sensación en ese primer tiempo, en el que prácticamente todo se movió dentro de su esfera de voluntad. Cardenales lejos de producir un rugby dinámico, fue superado por el lado de los forwards en ese inicio, y le costó mucho encontrar los espacios a causa de las imprecisiones en el ataque. Es decir, profundidad no le faltaba, pero sí precisión para la dar la estocada.
El partido, aunque no tan entretenido como se puede esperar de dos gigantes de la región, era rico en intensidad. Los kicks de un campo a otro se sucedían, y sólo un error bajo presión podía ser la clave. Fueron los “purpurados” los que se equivocaron más, y por ello el parcial favoreció a los anfitriones 15 a 3.
Cardenales, como cualquier otro en su situación, salió a quemar las naves en la parte final. Cambió la actitud y trató de imponer su juego, pero el “tennis”, con el reloj a su favor, se volcaba a la prolijidad en defensa. El salto de calidad seguía sin aparecer en el partido.
En casos así, el que va perdiendo suele caer en el desorden por la necesidad de sumar como sea. Sin embargo, Cardenales encontró los espacios para llegar al ingoal y comenzó a apretar. El “Pequeño” Ricardo Salas se escabulló como un wing por izquierda y apoyó el primero de “nales”. Más adelante, un amontonamiento en la puerta del ingoal local abrió la polémica: para Cardenales, fue try de Mariano Rodríguez. Para Lawn Tennis, la mano de Dino Cáceres se interpuso entre la ovalada y el pasto. El árbitro Omar Alcocer convalidó el try y dejó el triunfo al alcance de los dos.
No pudo ser para el “purpurado”: Lawn Tennis dejó de rifar la pelota y se metió otros cuatro puntos al bolsillo.